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Europa

Buscando los orígenes de la fotografía podemos remontarnos hasta la invención de la cámara oscura en el Renacimiento italiano, y los primeros experimentos en la misma época con sales de plata para fijar imágenes.


Sin embargo no es sino hasta el siglo XIX cuando puede hablarse con propiedad de fotografía, momento en el que Joseph-Nicéphore Niepce (1765-1833) logra plasmar las primeras imágenes en placas mediante la utilización de sales de plata. De ellas se conserva la que hoy en día se considera primera imagen de la historia, la célebre Punto de vista desde la ventana de Gras de 1826. Muy pocos años después Louis-Jacque​​s Daguerre (1787-1851) logra hacerse con los derechos de la idea, dándole el nombre de daguerrotipo, lo que le proporcionaría el éxito y la fama. La primera imagen de daguerrotipo que se conserva es un bodegón bajo el nombre de Composición.


El invento se extiende por Francia y Europa con gran rapidez y llega a España en 1839, dónde se toman daguerrotipos en Madrid y Barcelona casi simultáneamente. A los pocos años ya es conocido en todo el país. Para crear un daguerrotipo se introducía una placa de cobre sobre la que se extendía una capa sensible de nitrato de plata, en una cámara oscura., en la que se filtraban las imágenes a través de la lente focal. Retirando el obturador la luz penetraba durante 60 a 90 segundos, dependiendo de la luminosidad del objeto fotografiado. Después el positivo se plasmaba al someter la placa a vapores de mercurio. Finalmente, la imagen se fija tras sumergir la placa en una solución de cloruro sódico o tiosulfato sódico diluido. Se obtenía así una imagen única, sin posibilidad de copia, que había que mirar con cierto ángulo pues de lo contrario se veía como un negativo.


Casi simultáneamente William Fox Talbot (1800-1877) desarrollaba el calotipo, que utiliza un papel sensibilizado con nitrato de plata y ácido gálico. Una vez impresa la imagen en la cámara oscura, se puede revelar y fijar con hiposulfito. La gran ventaja es que permitía obtener el negativo de la fotografía y, por tanto su posterior reproducción en copias.


El daguerrotipo se popularizó rápidamente entre las clases medias burguesas, pues contrariamente al calotipo, no estaba patentado. Además permitía a esa misma clase social la obtención fácil y barata de retratos, un bien que hasta el siglo XIX estaba limitado a las clases aristocráticas a través de la pintura. Ello explica la abundancia de retratos individuales y de grupo que se realizaron con este sistema, y que su desarrollo fuera paralelo al de la clase burguesa comerciante y de profesiones liberales en Europa. Si la nobleza había disfrutado de la pintura como vehículo de ostentación y engrandecimiento, la burguesía iba a hacer otro tanto a través de los daguerrotipos y la fotografía, como muestra de su creciente poder económico y político.


Dos inventos posteriores mejoraron de forma significativa el invento: el colodión húmedo de Scott Archer en 1851 y, sobre todo el gelatino-bromuro, creado en 1872 por R. L. Maddox y perfeccionado por Charles E. Bennett en 1882. Será este último sistema el que posibilitará de forma definitiva la expansión de la fotografía desde los estudios de los profesionales a los aficionados particulares, permitiendo la popularización de esta actividad y su utilización masiva en exteriores. En este proceso se emplean placas de vidrio sobre la que se extiende una solución de bromuro, agua y gelatina sensibilizada con nitrato de plata. Ya no es necesario conservar húmeda la placa en todo momento, lo cual pone fin a uno de los grandes inconvenientes de los anteriores métodos. Bennett conseguirá mejorar la sensibilidad del gelatino-bromuro y con ello rebajar el tiempo de exposición a un cuarto de segundo, lo que nos conduce al concepto de instantánea fotográfica. Será este método, con mejoras posteriores, el que va a utilizar de forma casi exclusiva Nicolás Viñuales para llevar a cabo su obra fotográfica en los años siguientes al fin de siglo.

 

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